Ahora sé que donde sentimos a Dios es en las personas, que los actos de fe son aquellos que realizamos nosotros y reparten felicidad  a los que nos rodean (Carta de Confirmación de Ángela Romero)

Ahora sé que donde sentimos a Dios es en las personas, que los actos de fe son aquellos que realizamos nosotros y reparten felicidad a los que nos rodean (Carta de Confirmación de Ángela Romero)

Llevo 4 años junto a mi grupo preparándome para este día. Para poder recibir con alegría este sacramento por el que acepto seguir el camino que Dios dicta.

No voy a mentir diciendo que este camino no ha estado lleno de baches, tanto por compañeros de mi grupo o catequistas marchándose de él , como por momentos en los que mi fe ha bajado más veces de las que ha subido. Pero gracias a Dios estar en grupos no ha sido en vano y creo que ya puedo dar el paso.

Al principio de este año, al igual que en todos, me preguntaron en qué punto se encontraba mi fe del 1 al 10. Fue mi punto de mayor reflexión respecto a confirmarme o no, teniendo en cuenta que sentía que estaba simplemente aprobada con un 5 raspado. Sí, quería confirmarme. Pero no sabía si era lo correcto o no teniendo en cuenta tantas dudas respecto a la religión, la iglesia o no saber a qué se referían siempre con “el camino que Dios ha elegido para ti”.

Por suerte tengo a mi grupo y mis catequistas, a los que les doy las gracias por escucharme y apoyarme, no solo en las sesiones de los viernes, sino en cualquier punto en el que tuviera dudas tanto de mi fe como de cualquier asunto de mi vida, apoyándome a que siguiera adelante.

Poco a poco y  con la paciencia especialmente de ellos las dudas se han disipado cada vez más. He llegado a entender que para ver o escuchar a Dios no necesito ver literalmente un milagro como que el agua se convierta en vino, o escuchar continuamente un susurro que me guíe para que todo salga bien y vivir siendo feliz. Ni tampoco que la Biblia y sus infinitos versículos solo tengan la función de narrar algo ya ocurrido.

Ahora sé que donde sentimos a Dios es en las personas, que los actos de fe son aquellos que realizamos nosotros y reparten felicidad  a los que nos rodean, ya que Él se manifiesta dentro nuestra, y que la Biblia es una enorme moraleja de la que creamos o no en “algo” siempre podemos aprender para que en nuestro día a día seamos mejores personas.

Ahora cuando escuche decir que Dios no hace nada por nosotros y siempre está sin mover un dedo, espero decir que Él ya hizo suficiente , y que no podemos esperar que con algo parecido a la magia nos salve de problemas de los que la mayoría de veces pecamos de algo de culpa.

A nosotros nos pertenece el mundo y somos los que debemos actuar creciéndonos como personas  y creando un lugar más habitable en el que realmente todos nos sintamos como hermanos y hermanas, ya que ese es su único deseo.

Probablemente aprendiendo todo ello al igual que yo he hecho con mis compañeros y catequistas, a los que siempre recordaré, seremos capaces de ver que este es el camino correcto y no importa cuándo o dónde siempre estará abierto como si Dios nos acogiera entre sus brazos.

Ángela Romero Martínez