«Dios no es algo que esperamos que venga a resolvernos la vida, sino el gran apoyo y timón de nuestra vida» (carta de Confirmación de Sara Ramírez Acero)

«Dios no es algo que esperamos que venga a resolvernos la vida, sino el gran apoyo y timón de nuestra vida» (carta de Confirmación de Sara Ramírez Acero)

¿Por qué quiero confirmarme?

Los cinco años de grupos que he vivido remando junto a mis compañeros y catequistas sumergidos en el camino de la fe han sido la pieza fundamental para entender la siguiente pregunta: ¿Por qué me quiero confirmar? Al principio, pensé la respuesta fácil. Me quiero confirmar porque quiero reafirmar mi fe, quiero seguir mi camino como cristiana en la Iglesia, porque confío y creo en Dios. Pero verdaderamente la respuesta no se queda solo en eso… y Cordare me ha ayudado a entenderlo.

Cuando entré por primera vez en grupos, no os voy a engañar, no pensaba en el final del camino, apenas me planteaba quién era Dios, lo único que buscaba era tener ese sentimiento de pertenencia a un colectivo, y míranos ahora.

A través de las sesiones, retiros, peregrinaciones, hemos podido trabajar valores cristianos como la empatía, la ayuda, el compromiso… gracias a visitas a residencias de ancianos y campañas como la Operación Potito hemos podido aprender la importancia de la solidaridad y que, con un solo gesto insignificante para nosotros, podemos generar numerosas sonrisas. Y es ahí donde está Dios.

Dios no es ese algo que esperamos que venga a resolvernos la vida, sino el gran apoyo y timón de nuestra vida, y esto me lo ha dado Cordare. Por fin me di cuenta de que la llamada que Dios me quería dar no era una revelación directamente de Él, sino a través de las personas. Ahí me di cuenta del regalo que me había hecho Dios con cada una de ellas. Personas que me han escuchado, me han apoyado, me han aceptado sin juzgarme y lo más importante, el amor que me han dado. Y pensé: “esto es lo mejor que Dios me ha dado, personas donde día a día vea su reflejo.

He visto a Dios en vosotros, en compañeros, catequistas, amigos, viernes tras viernes, semana tras semana… me habéis mejorado la vida exponencialmente y he podido aportar un cachito de mí en vosotros.

Por eso hoy, cargada de seguridad, digo SÍ a seguir el ideal de Jesús, SÍ a seguir en la gran comunidad cristiana y sí a la confirmación. Por ser ÉL el pilar, el apoyo, la ayuda y lo que más necesito en mi vida y porque sin Él nada soy. Quiero confirmarme porque estoy convencida de que necesito a Dios en mi vida, nuestra vida es más sencilla cuando contamos con Él para guiarnos.

Por eso, este 5 de abril, después de duros años de reflexión, daré el SÍ que tanto se merece, con las mismas ganas con las que lo hicieron hace 18 años mis padres por mí.