Buenas,
comienza el Adviento, tiempo de espera, vigilancia y esperanza. Tiempo de preparación y purificación. Tiempo de deseo de llegada, ojalá sea así y nuestro corazón esté sediento como tierra reseca en sequía esperando el agua purificadora, sanadora, reconfortante. Adviento debería ser todos los días porque si se apaga la sed morimos, porque si he perdido la esperanza lo pierdo todo. Se nos invita a estar despiertos, pero cuántas veces nos dormimos ante Dios viviendo anestesiados y alejados sin ser conscientes de su presencia en nuestra vida. Sepamos reconocerle, no sea que pases junto a nosotros y no te reconozcamos, no nos demos cuenta que acabas de pasar por nuestra vida. Vivamos cada día como si fuera el último de nuestra vida porque no sabemos el día ni la hora. Miremos, vigilemos y velemos.