El domingo del Amor esponsal y la fidelidad 27 TO ciclo B

El domingo del Amor esponsal y la fidelidad 27 TO ciclo B

Buenas,
este domingo la liturgia dignifica el amor de pareja señalando la vocación al matrimonio como una tarea y un compromiso para toda la vida. El objetivo es ser dos en una sola carne, la unión de dos personas que iguales en dignidad y derecho y sin sometimiento y dominio de uno sobre el otro, se complementan para enriquecerse e ir más allá de ellos mismos en un proyecto bendecido de vida en común. Un amor llamado a dar fruto en los hijos y en la formación de una familia.
Para que esto sea posible hay que cuidar mucho esa etapa del noviazgo donde ver y comprobar si el amor es sólido y consistente y conocer bien a la pareja comprobando cómo se resuelven los posibles conflictos que surjan y si su personalidad se complementa bien con la nuestra.
Después vendrán buenos y malos momentos pero si el amor es maduro y verdadero y paciente y no egoísta y si mira por el otro antes que por uno mismo todo marchará bien con la ayuda de Dios. Las crisis que puedan venir se solventarán mejor y el perdón y la comprensión mutua harán el resto.
Salvo situaciones moralmente comprensibles, en la mayoría de las rupturas fallan algunos de estos elementos y la voluntad de construir juntos.
Pidamos por todos los matrimonios y familias en este domingo donde Jesús nos recuerda lo esencial de la vocación matrimonial y el sentido de este gran sacramento.
Feliz semana y un abrazo,
Paco

https://youtu.be/hEduqaBx25I

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios «los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.» De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor