El domingo de Pentecostés ciclo C

El domingo de Pentecostés ciclo C

Buenas,
la Iglesia celebra este domingo la solemnidad de Pentecostés. Cincuenta días desde la Resurrección del Señor culminando así el tiempo pascual. Un tiempo de alegría y un tiempo donde la divinidad de Jesús se muestra para entender la humanidad, para abrazarla en un puente eterno donde la muerte vencida da lugar a una nueva humanidad, una esperanza de plenitud y realización plena que se van a hacer posibles por la llegada del Espíritu.
El Señor se nos da para siempre con ese Espíritu Santo que nos dará vida, nos purificará, nos hará nuevos, nos fortalecerá y capacitará y nos entregará esos siete dones: entendimiento, ciencia, consejo, Piedad, temor de Dios, fortaleza y sabiduría.
Una fortaleza que alienta y ayuda a superar con fe las dificultades; una Piedad que nos mueve a tratar a Dios con la confianza de un hijo a su padre; un temor de Dios que nos induce a huir de las situaciones de pecado para elegir siempre agradar a Dios; un consejo que nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás; un entendimiento que nos hace comprender la Palabra de Dios y los misterios de la fe; una sabiduría que nos hace ver y saborear todas las cosas a través de Dios y nos impulsa a buscarlo sobre todas las cosas y por último el don de ciencia para conocer rectamente las cosas creadas por Dios.
Traigo la oración más antigua, pero que a mi juicio mejor recoge la acción del Espíritu Santo:
“Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones, espléndido, luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo, ven dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquecenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el Espíritu indómito, Guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno”. Amén
Que invoquemos siempre al Espíritu en nuestra vida: “Ven Espíritu Santo, ven”
Feliz semana y un abrazo,
Paco

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor