El domingo del desprendimiento y la renuncia 23 TO ciclo C

El domingo del desprendimiento y la renuncia 23 TO ciclo C

 

“Calcular y deliberar”

Buenas,
este domingo el Evangelio nos trae la realidad del seguimiento auténtico de Jesús. Y este seguimiento pasa por el desprendimiento y la renuncia a los bienes materiales, por el desasimiento de todo aquello que nos puede distraer y alejar de la verdadera vida que Jesús nos anuncia y que constituye el Reino de Dios.
Jesús nos pide una completa disponibilidad, un trabajo a tiempo completo, una entrega generosa y sin cortapisas. No podemos tener apegos, servir a dos señores, mirar para otro lado, justificarnos y posponer nuestra respuesta. No podemos pretender llevar para adelante a la vez cosas que pueden resultar incompatibles.
Por eso también el Señor nos propone sentarnos a reflexionar, a discernir, a dar el paso de su seguimiento sabedores de lo que el Señor nos pide pero también de que será mucho lo que recojamos y el reto que tenemos por delante.
También el Señor nos habla de cargar nuestra cruz. En la vida todos tenemos algunas cruces que cargar y en Jesús tenemos el modelo de cómo hacerlo, cómo tenemos que llevarlas con qué actitud: aceptación, resignación o amargura. Nosotros elegimos sabiendo que con ella está también nuestra propia liberación.
Danos Señor esa sabiduría para dar el paso del verdadero seguimiento.
Feliz semana y un abrazo,
Paco

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Palabra del Señor