El domingo de los dos señores 25 TO ciclo C

El domingo de los dos señores 25 TO ciclo C

“No podéis servir a Dios y al dinero”
Buenas,
“poderoso caballero es don dinero” dice esa frase tan conocida por todos. Es la tendencia que tenemos los seres humanos a realizar una cosa y su contraria. Cuántas veces pasamos de la generosidad al egoísmo, de la gratuidad al derroche o la posesividad, del idealismo al materialismo….. quién no tiene contradicciones que confesar. Pero el Señor este domingo nos pide fidelidad. Ser fieles aunque sea en lo poco, pero fieles, coherentes y auténticos. “No se puede servir a dos señores: a Dios y al dinero”. No podemos llamarnos cristianos si solamente somos de cumplimiento (cumplo y miento). Cuántas veces mentimos con nuestra vida y permitimos que otros dioses la dominen. Debemos examinar nuestros apegos y esclavitudes que hacen que derrochemos los bienes auténticos, los que el Señor nos ha proporcionado para administrarlos bien y no en provecho propio sino en el de los demás.
Quizá la clave esté en comprobar qué es lo que verdaderamente nos llena, nos impulsa, nos hace sacar lo mejor de nosotros y nos hace felices. Entonces nos daremos cuenta que los bienes a procurar no son los de este mundo que tantas veces nos dejan vacíos, sino los de allá arriba, los del Reino, que son los únicos que nos dan plenitud y nos preparan frente a las vacas flacas y las dificultades.
Feliz semana y un abrazo,
Paco
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando».
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Palabra del Señor