FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN ciclo A

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN ciclo A

 

“Él había de resucitar de entre los muertos”

Buenas,
Cristo Vive, ha resucitado. Aleluya, Aleluya. Hoy es el gran día, la gran noticia. Hoy se cumplen todas las promesas, la esperanza cumplida. Hoy podemos mirar la vida con pleno sentido y finalidad. Ya no existe la muerte. Hemos sido redimidos, liberados y salvados. Todo ha merecido la pena. Ya no hay tinieblas sino luz, luz plena que posibilita un nuevo mundo, una nueva humanidad, un nuevo cielo y una tierra nueva.
Cristo está con nosotros. Ya no nos abandonara jamás. Estará con nosotros hasta el final de los tiempos. Ahora nos toca a nosotros hacer posible todo lo que El ha hecho por nosotros, todo lo transmitido, todo lo proclamado toca ahora hacerlo vida en cada uno. En nosotros ha depositado su confianza y su amor. Nos ha dado a cada uno instrumentos y dones para hacerlo posible. El ya lo ha dado todo y ha posibilitado en nosotros el germen para que podamos resucitar tambien nosotros a una vida nueva.
Que en esta nueva PASCUA, demos el definitivo paso que nos falta en nuestra vida para ser artífices de buena nueva para otros y posibilitar Amor y vida entre nosotros haciendo posible que Cristo viva también en los corazones de los que nos rodean.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN !!!
Un abrazo, Paco

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.