El domingo de la Stma Trinidad ciclo B

El domingo de la Stma Trinidad ciclo B

Buenas,
este domingo nos introducimos en el misterio de la Stma Trinidad, un misterio que nos habla de una familia de la que formamos parte. El amante, el amado y el amor como decía San Agustín. El Evangelio de este domingo de la Stma Trinidad, nos habla del mandato a los discípulos de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu y así quedar sellados para siempre en el nombre de esta TRinidad Santa que va a configurar en cada uno de nosotros un estilo de vida: un Padre al que dirigirnos que soñó para cada uno un proyecto y que nos ama infinitamente, un Hijo al que parecernos, referente y modelo de vida para cada uno de nosotros y que hizo posible nuestra salvación y una vida plena y un Espíritu que nos acompaña todos los días hasta el fin del mundo.
La Trinidad es imagen y realidad de familia y como tal, símbolo de unión y encuentro.
Dejemos que el Espíritu actúe en nosotros porque vivamos la vida y el Reino que el Hijo amado nos trajo y así hacer posible el sueño y la voluntad del Padre Dios.
Feliz semana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Un abrazo, Paco

 

Evangelio Mt 28,16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

Palabra del Señor

ORACIÓN

Ámame tal como eres.

Conozco tu miseria,

las luchas y tribulaciones de tu alma,

la debilidad y las dolencias de tu cuerpo;

conozco tu cobardía.

Tus pecados y tus flaquezas.

A pesar de todo te digo dame tu corazón.

Ámame tal como eres.

Si para darme tu corazón esperas ser un ángel,

nunca llegarás a amarme.

Aun cuando caigas de nuevo,

muchas veces en esas faltas

que jamás quisieras cometer

y seas un cobarde para practicar la virtud,

no te consiento que me dejes de amar.

Ámame tal como eres.

Ámame en todo momento

cualquiera que sea la situación

en que te encuentres,

de fervor o sequedad,

de fidelidad o de traición.

Ámame tal como eres.

Déjate amar. Quiero tu corazón,

en mis planes está moldearte,

pero mientras eso llega,

te amo tal como eres.

Y quiero que tú hagas lo mismo.

Ámame tal como eres.

Deseo ver tu corazón que se levanta

desde lo profundo de tu miseria:

amo en ti incluso tu debilidad.

Me gusta el amor de los pobres,

quiero que desde la indigencia

se levante incesantemente este grito:

Te amo, Señor.

Ámame tal como eres.

Lo que me importa es el canto de tu corazón.

¿Para que necesito yo tu ciencia o tus talentos?.

No te pido virtudes,

y aun cuando yo te las diera,

eres tan débil, que siempre se mezclaría

en ellas un poco de amor propio.

Ámame tal como eres.

Pero no te preocupes por eso…

preocúpate solo de llenar con tu amor

el momento presente.

Hoy me tienes a la puerta de tu corazón,

como un mendigo,

a mí que soy el Señor de los señores.

Ámame tal como eres.

Llamo tu puerta y espero.

Apresúrate a abrirme.

No alegues tu miseria.

Si conocieras plenamente la

dimensión de tu indigencia,

morirías de dolor.

Ámame tal como eres.

Una sola cosa podría herirme el corazón:

ver que dudas y que te falta confianza.

Quiero que pienses en mí

todas las horas del día y de la noche.

Ámame tal como eres.

No quiero que realices siquiera

la acción más insignificante

por un motivo que no sea el amor.

Cuando te toque sufrir yo te daré fuerzas.

Tú me diste amor a mí, yo te haré amar

a ti más de lo que hayas podido soñar.

Pero recuerda sólo esto:

Ámame tal como eres.

B. Charles de Foucauld